Parashát Ekev (Devarim 7:12 – 11:25).

septiembre 23, 2011

פרשת עקב          דברים  ז: יב – יא: כה

 Shabat Ekev, 5770

Parashát Ekev (Devarim 7:12-11:25) es considerada tradicionalmente como una de las siete de “Consuelo”, principalmente debido a que tienen un estrecho vínculo con la Era Mesiánica. Continúa su discurso de despedida Moshé, precisamente cuando se acerca el momento de entrar en la tierra de Israel tras cuarenta años en el desierto. Comienza esta sección con la palabra “עקב” (Y por consiguiente/En consecuencia) haciéndonos conscientes de que el Pacto no tiene un sentido unidireccional sino que existe una relación en ambos sentidos.

De nuevo se nos recuerda nuestro estatus de “extranjeros en Egipto”, asunto sobre el que reflexionamos ya la semana anterior, y que tiene una importancia central pues reafirma el valor de no oprimir a las demás personas, o grupos de personas. Además otros asuntos centrales aparecen en esta parashá como por ejemplo la prohibición de la idolatría y de obtener beneficios a partir de esta (hecho que merecería una interesante discusión desde nuestra perspectiva progresista para aplicar el término idolatría en el contexto contemporáneo), la importancia de ser conscientes de aquello que “recibimos” y saber agradecerlo con sinceridad (Devarim 8:10) y con la capacidad para no olvidarnos de lo fundamental (Devarim 8:17) cayendo en la vanidad vacua e improductiva.

Mucho se ha discutido en torno a esta parashá dentro de los movimientos progresistas, especialmente sobre la importancia del segundo párrafo del Shemá que encontramos en esta porción (Devarim 11:13-21). Durante cierto tiempo algunas comunidades Judías decidieron no incluir este fragmento en sus sidurim , pues existía y aun persiste un conflicto con el mensaje de la recompensa y el castigo que entra en colisión con muchos de los valores del Judaísmo, aunque actualmente casi todas las comunidades que decidieron no incluirlo lo están incorporando de nuevo pues una adecuada interpretación del mismo nos ofrece una perspectiva constructiva que podemos integrar desde nuestra posición.

Una diferencia en particular podemos encontrar entre el primer y el segundo párrafo del Shemá. A lo largo del primero todo lo que se nos encomienda o requiere se encuentra enunciado en segunda persona del singular, constituyendo un mensaje particular (de tu a tu). Pero en el fragmento que recitamos cada día y que se incluye en esta parashá se nos habla en segunda persona del plural, se nos ofrece un recordatorio que nos hace conscientes de que formamos parte de un pueblo y que los destinos de cada uno de sus integrantes es responsabilidad de todos, parafraseando al Talmud Babilónico (Shavuot 39:a) podemos hacer nuestras las palabras: “Todo Israel es responsable el uno por el otro”. No abandonar a quienes forman parte de nuestro pueblo, incluso cuando la potencial agresión procede de otros miembros de este, es algo que muchas veces tenemos que poner en práctica (tenemos un ejemplo reciente sobre el que ya hablábamos la pasada semana). También el hecho de que nuestros errores colectivos, como pueblo, no son  responsabilidad exclusiva de nuestros líderes, sino que cada uno de nosotros podemos aportar energía y esfuerzo para lograr una situación mejor para todas y cada una de las personas que nos rodean.

A lo largo de la porción correspondiente a esta semana Moshé nos recuerda la importancia del cumplimiento de las Mitzvot y también nos advierte sobre los “beneficios” de ello (Devarim 7:12-16). De cualquier forma la motivación para cumplir con el código ético contenido en la Torah, no puede ser de ninguna forma una recompensa ni tampoco el miedo a ser víctimas de un posible castigo. Es evidente que esta reflexión se produce de forma inmediata, pues el Judaísmo por principio no funciona a través de la coacción y el miedo sino a través de la voluntad y la libre elección (relacionadas con el libre albedrío concedido a cada persona). Decía el Rabi Najman de Breslau: “Todo lo que ocurre en el mundo, sea lo que fuere, es una prueba destinada a permitirte la libertad de elección. Escoge con inteligencia”.

 

Eliyahu Peretz del Campo