Parashá Jukat (Bamidbar 19-22:1)

septiembre 23, 2011

פרשה חקת       במדיבר יט-כב:א

Shabat Jukat 5770

A lo largo del desarrollo de los diversos relatos contenidos en la Torah se nos enumeran los 613 preceptos que nuestros Sabios y Rabis identificaron y clasificaron a lo largo de generaciones y generaciones. Algunos de ellos, los denominados Mishpatim, poseen una clara explicación y pueden encajar dentro de la lógica humana, pero algunos otros, que denominamos Jukim, no poseen un “origen” claro e identificable y no existe la posibilidad de plantearse una razón para ellos.

La Parashá de esta semana comienza precisamente con la explicación detallada y minuciosa de uno de estos preceptos (Jok), dándole además nombre a la porción (Jukat-חקת). En nuestra porción de estudio se nos detalla de forma exhaustiva cada uno de los aspectos relativos a la purificación a través del empleo de la “vaca rojiza” (PARA ADUMÁ); de manera minuciosa se nos explica cada uno de los detalles que componen este precepto. Además encontramos algunos detalles sobre el cómo, cuándo, dónde, con quién y quiénes deberán purificarse de la forma establecida.

Dos fallecimientos importantes suceden a lo largo del transcurso de la Parashá. En primer lugar fallece Miriam, hermana de Moshé y que según nos explica la tradición gracias a ella el pueblo de Israel fue agraciado en el desierto con un manantial que lo seguía. La desaparición de Miriam provoca la escasez de agua y el pueblo una vez más increpa a Moshé y le reclama por haber salido de Mitzraim. Aaron y Moshé penetran en el Tabernáculo y reciben instrucciones sobre la forma en que han de obrar, pero al salir Moshé enojado golpea la piedra de la que ha de surgir el agua, en vez de hablarle como le había sido ordenado. Es en este momento cuando Aaron y Moshé son excluidos de la entrada en la tierra de Israel. Se nos relata poco después el fallecimiento de Aaron y este hecho también hace que se produzca un giro importante en la situación, pero en esta ocasión no analizaremos esta parte de la Parashá.

Un aparentemente pequeño detalle, provoca que dos personajes profundamente significativos y relevantes de la historia del pueblo de Israel no pudiesen ver culminado el camino. ¿Por qué? ¿por qué por algo tan aparentemente nimio? Estas son las preguntas que nos repetimos, pues con anterioridad en el relato de la Torah hemos podido ver que, desde la salida de Mitzraim, el pueblo se revelaba, transgredía, erraba y sin embargo siempre había un camino de regreso (de lo que también es señal el precepto que se nos explica al comienzo de esta Parashá). Parece ser claro que no se trata de un fallo tan pequeño, o bien que se nos quiere mostrar que a veces en la vida un pequeño detalle genera un cambio dramático o tiene consecuencias imprevisibles.

Un héroe nacional se convirtió en proscrito y en no merecedor de la prometida recompensa por un pequeño detalle, un arrebato de ira consecuencia de la tensión acumulada durante un largo tiempo fue suficiente. La Mishná nos enseña que dos simples pelos de color negro en la “vaca roja” la invalidaban para la purificación… pequeños detalles. A veces criticamos y apartamos a las personas debido a pequeños detalles, juzgamos a los otros basándonos en aspectos poco relevantes o criticamos fácilmente sin pensar en las consecuencias de esos “pequeños actos”, o simplemente las pasamos por alto.

Eliyahu Peretz del Campo